Soy Ana.

Intensa, hipersensible y profundamente humana.

Y estoy aquí para acompañarte.

No siempre supe que acabaría dedicándome a esto.
Pero sí supe, desde muy pronto, que mi manera de estar en el mundo era sentirlo todo intensamente.

Desde 2009 acompaño a personas en procesos de cambio utilizando la nutrición como punto de partida… aunque muy pronto entendí que nunca era el destino final.

Mucho más que nutrición

Durante más de 12 años trabajé para una de las empresas más importantes de suplementación nutricional, Laboratorios Ynsadiet. Allí aprendí todo sobre fitoterapia, principios activos de las plantas y cómo mejorar el organismo desde dentro.

Ese camino me llevó a formar y coordinar a otras dietistas, a observar cientos de consultas, a entrar en muchos centros… y a darme cuenta de algo esencial:

Lo que había no era suficiente.

Demasiada prisa.
Demasiado foco en la dieta.
Demasiado poco tiempo para la persona.

Yo necesitaba ir más allá.

Mientras crecía profesionalmente, también lo hacía a nivel personal.
Hubo momentos difíciles, procesos propios, terapia psicológica, aprendizajes profundos… y una certeza cada vez más clara: no se puede sanar el cuerpo sin escuchar el alma.

Ahí nació la necesidad de crear algo diferente:

Así nació La Flor de la Alegría.

Así nació La Flor de la Alegría.

En mis sesiones hablamos poco de comida y mucho de vida.

Integro nutrición, gestión emocional, PNL, biodescodificación y terapias de acompañamiento para ayudarte a entender qué te está diciendo tu cuerpo y por qué.

Porque cuando encontramos la causa real de lo que te pesa —emocional y físicamente—, ya no necesitas volver a hacer dieta.

Mi trabajo consiste en crear un espacio seguro donde puedas decir lo que nunca dijiste, sentir lo que llevas tiempo evitando y

empezar a cuidarte desde un lugar honesto.

“Entré buscando una dieta y salí reconociéndome a mí mismo. Ana te cambia por dentro.”

“Pensé que necesitaba perder peso, pero lo que realmente necesitaba era paz. Las sesiones con Ana son como respirar después de mucho tiempo bajo el agua.”

“Lo que más me sorprendió es que desde la primera sesión sentí una confianza brutal. Ana te escucha de verdad. No solo cambié mi relación con la comida, cambié la forma en la que me hablo, me cuido y me miro. Es una experiencia que todos deberíamos vivir alguna vez.”

Si has llegado hasta aquí

quizá algo dentro de ti ya sabe que necesita un cambio.